EN LA NUCA

Me encantaría tener el don para describir el fornicio entre la imaginación y la eternidad de un beso...
En la nuca.
Sentir la boca húmeda, los labios gordos, la lengua pegajosa de miel y el enjambre de abejas obreras amenazantes que son los pelos de su cara y que hienden henchidos de veneno ahora mi piel.
Sentir cómo sus manos serenas, firmes y rotas de tocar las cien mujeres que fui modelan serenas el barro de mis suspiros a su antojo animal...
sin rozar...
sin saciar...
con un solo beso...
en la nuca.
Sentir cómo se me desprenden las pecas por la explosión de la epidermis al contacto del beso,
cómo la sangre se solidifica y muta el color de mi feminidad partida en dos donde viene a arder
...
la vida.
Notar un ejército de escarabajos, crucifijos, medusas y credos ovillándome las tripas.
Jilgueros en el pelo.
Cómo se tambalean los muebles de la habitación al volcar los párpados mi mirada flotante ungiendo de luz y sombra el cuerpo que aún no me ha tocado.
Espantando la vulgaridad de la rutina de donde ahora brotan blancas margaritas.
Cómo embalsama y almibara el deseo sórdido del limbo húmedo en el que me encuentro...
con un solo beso
... en la nuca.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares