CAMBIOS

Cambios.
No es difícil acomodarse a unas rutinas pegajosas. Se acercan y te abaten contritas anulando tu capacidad de acción.
Dos chorros paralelos de tórrida noche estival me lamen.
Empapan la carne iluminada por el móvil.
Se crea una redonda de luz que me envuelve en el sonoro silencio de un compás de cuatro por cuatro que gime acompasada la gota de agua del aire acondicionado derretido dentro de la garrafa. 
Absurda como la bondad del ermitaño.
Espero a que todos duerman mientras escampo con un abanico la orgía de sudor del pecho hacia las axilas 
para masturbarme.
Arrancarme el clítoris a manotazos, borrar mis huellas dactilares, gritar por dentro, fruncir las tripas, quemar los sueños. Partir los huesos, publicar pezones, sangrar a besos. Huérfanos, erráticos, ácidos, seminales, indefensos, inexistentes, perecederos.
No me resulta complicado el cambio.
Estoy bien
Sólo me inquieta la presión de la ducha. Es una karcher que rebana la carne, me descama, me hace jirones el alma.
Tal vez un día la mire de frente y que me salte los ojos para olvidar lo visto y lo que me trajo a esta suerte.

Comentarios

Entradas populares