TESTAMENTO

Excesiva, intensa, náusea. 
Hipocondría ególatra que me aleja del mal plebeyo.
Mi dolor es más dolor que el vuestro. 
Es el veneno que secó la ubre y el grito del vientre vacío del embrión que quiso ser hijo.
Un corazón mutado a cerebro piensa y no siente.
Un cerebro que es la alegoría de un recuerdo de mierda, hambre y miedo.
henn kim
Tumbada en pelotas en la azotea entre sábanas blancas, con un ojo cerrado, apoyo la mirada del derecho sobre el pulgar alzado y disparo con el dedo índice a los estorninos varias veces que, acojonados, cambian el vuelo. La cerveza en ayunas me provoca la danza y la risa que molesta a mi vecina que corre rauda, como hace sesenta años, a echar la cortina escandalizada por si el señor de la mecedora resucita.
He notado la frialdad de mis dedos en el periódico onanismo de los jueves y me he encargado flores amarillas y he borrado el historial de navegación por si no despierto.
Sólo recordaos que casi siempre os quiero.

Y Tú, si llegas antes que el cura, muérdeme las uñas y ponme soles en el pelo.

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