Llámame loca

Que me llamen loca cuando me vean pescando agua en la tormenta para hidratar los sueños.
Que me llamen Grossa si lastimo con mis astillas el satén que cubre la cansina palidez del buenismo ilustrado.
Que me llamen Milana. Que me llamen Milana... y que sobrevuele alrededor de tu tonto, del que siente, del que vibra, del que se enajena de la realidad fáctica resquebrajando el aire libérrima con microinjertos oníricos.
Que me llames Ana cuando enhebres tu carne cruda al cuenco de mi deseo y reviente la vida en cada poro gozoso al sentir el roce.
Que derrames sobre el embalse de mi ombligo el volcan de lava blanca que puntual impura, fluida hieratica,  cautiva liberada recorre el temblor, el gemido, el último aliento degenerado que sobrevive a la explosión.
Que me llames Ana sujetando mis nalgas  favoreciendo la embestida y del pelo regale al viento aromas de narciso y rosa, que el sentimiento se me derrame por los muslos mientras me miras.

Que me llames perra, reina, zorra o amor... Que me llames con los ojos y la voz cerrados, desde dentro del infierno bucearé el aqueronte para acudir siempre a tu llamado.