GAVIOTO
Paseo por la playa. El mar está tan lento y pesado que desde mis ojos al infinito parece un plástico que dispara bengalas de luz cuando el último sol de la tarde lo golpea. Un invernadero de nori, wakame, plástico y naufragios. Una gaviota se cruza en mi camino. Soberbia. Seguro que olfatea mi hedor a miedo. Se cuadra. Se pone de perfil y otea cada movimiento. Tengo un oso polar creciendo dentro de mi.Me da zarpazos en los oídos, hace rebanadas mi poco sentido común, arranca a puñados todo lo que encuentra y todo gira y me provoca nauseas.
Ahora yo también la miro. Ojalá supiera gavioto para poder decirle que se aparte. Sólo quiero ver si las olas han perdonado el corazón que T había dibujado para mí en la arena con mi nombre dentro.
Ahora yo también la miro. Ojalá supiera gavioto para poder decirle que se aparte. Sólo quiero ver si las olas han perdonado el corazón que T había dibujado para mí en la arena con mi nombre dentro.
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