TIEMPO LENTO

Hubo un tiempo denso y lento.
La gente parecía no notarlo o sentirse incluso cómoda. 
Hubo un tiempo que me venía encapsulado en recetas con las que tenía que mostrar el DNI a una señora con ojos color inquisición. Si por ella hubiese sido, me hubiese recetado una hoguera. 
Hubo un tiempo tan lento que podía ver cómo me crecían los pelos de las piernas, podía contar cuántos cabezazos se da una mosca contra una ventana hasta entender que por ahí no se sale. Escuchaba cómo gritaba la gente y danzaba como en una película de Buster keaton y sin embargo yo, me movía con la voluptuosidad y celeridad de vetusta morla.
Ahora me siento un poco más fuerte. Paso de esperar trenes en los andenes, prefiero pararlos con las tetas, como Afrodita en Mazinger Z. Porque a veces es bonito que te suban a las nubes. Es bonito que te suban a las nubes. Siempre es muy bonito que te suban a las nubes... perder de vista tus pies y tus mansas labores... aunque sea un segundo ...




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