DEMONIOS
Me da un poco de miedo morirme.
No por el hecho de morir en sí. Me da miedo el juicio. Porque yo soy muy de perder, una looser como dicen los modernos.
He perdido mi coche en el parking de Ikea. Mi coche esperándome paciente, tranquilo, solo y a la intemperie y yo perdiéndolo apuntando con el mando a cualquier coche rojo sin importarme ya su fidelidad, el primero que se abriera para mi, dictaba mi desesperación. Perdí un pez naranja, cuando volví a casa mi madre me dijo que se había ido al mar por el váter con sus amigos. Perdí una noche un novio en una discoteca, los dientes de leche, los clientes a los que dije que no en la barra, en fin, pararé por no ser extensa.
Me imagino a Dios mirándome. Me lo imagino con la cara de Jesús, su hijo, mezclado con Carlos Sobera. Un flexo al que se le oye la electricidad por dentro mirándome también a los ojos. La electricidad suena a erre. "RRRRRR" y llena de ruido todo el despacho de Dios. He pensado que si le veo dubitativo acariciaré el cable pelado con una mano y le pellizcaré con la otra un moflete...
jejeje y los dos tiesos como garrote. Estos pensamientos me alejan del buen camino y lo sé.
Se supone que Dios es más bueno que el Demonio pero claro ¿cuál es el baremo de bondad que maneja? ¿está muy mal que robara de pequeña unas chuches o que de pensamiento haya matado con espadas láser y motosierras a medio municipio y al otro medio me lo haya tirado..? Él decidirá mi destino sí o no, pero el Demonio ahí está. Me va a decir sí o sí sin prejuicios ni moralinas.. pa dentro.
Yo una vez estuve en Murcia en agosto a ver a un familiar y nos hicieron una paella en la lumbre para comer, no creo que haga más calor que allí. Además me lo imagino como una lagartija roja con cuernos pero a las orillas del Hades tiene la carita de Keanu Reeves sonriendo con esos ojos bizquitos.
Pues eso, que en unos 45 años más estoy preparada para devolverle a la muerte el trozo de vida que me regaló. No hay prisa... casi debo la misma cantidad de hipoteca que de vida, así me voy despojando de tanto complejo tonto.
No por el hecho de morir en sí. Me da miedo el juicio. Porque yo soy muy de perder, una looser como dicen los modernos.
He perdido mi coche en el parking de Ikea. Mi coche esperándome paciente, tranquilo, solo y a la intemperie y yo perdiéndolo apuntando con el mando a cualquier coche rojo sin importarme ya su fidelidad, el primero que se abriera para mi, dictaba mi desesperación. Perdí un pez naranja, cuando volví a casa mi madre me dijo que se había ido al mar por el váter con sus amigos. Perdí una noche un novio en una discoteca, los dientes de leche, los clientes a los que dije que no en la barra, en fin, pararé por no ser extensa.
Me imagino a Dios mirándome. Me lo imagino con la cara de Jesús, su hijo, mezclado con Carlos Sobera. Un flexo al que se le oye la electricidad por dentro mirándome también a los ojos. La electricidad suena a erre. "RRRRRR" y llena de ruido todo el despacho de Dios. He pensado que si le veo dubitativo acariciaré el cable pelado con una mano y le pellizcaré con la otra un moflete...
Se supone que Dios es más bueno que el Demonio pero claro ¿cuál es el baremo de bondad que maneja? ¿está muy mal que robara de pequeña unas chuches o que de pensamiento haya matado con espadas láser y motosierras a medio municipio y al otro medio me lo haya tirado..? Él decidirá mi destino sí o no, pero el Demonio ahí está. Me va a decir sí o sí sin prejuicios ni moralinas.. pa dentro.
Yo una vez estuve en Murcia en agosto a ver a un familiar y nos hicieron una paella en la lumbre para comer, no creo que haga más calor que allí. Además me lo imagino como una lagartija roja con cuernos pero a las orillas del Hades tiene la carita de Keanu Reeves sonriendo con esos ojos bizquitos.
Pues eso, que en unos 45 años más estoy preparada para devolverle a la muerte el trozo de vida que me regaló. No hay prisa... casi debo la misma cantidad de hipoteca que de vida, así me voy despojando de tanto complejo tonto.
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