EN EL VAGÓN

El suelo del vagón del metro es un jardín de pies del que brota gente por ciencia infusa. Se trasladan enajenados dentro de facebook o los más aventureros a la caza de pokemons.
Mientras, se cierran mis ojos sobre la nuca que acaricio a tres metros cada día con mi mirada, esperando que se gire y me sonría y que los malos devuelvan los colores al invierno y repongan en la tele el gran héroe americano y se me llenen los dedos con las sortijas de su pelo y los atormentados follen hasta la alegría y vuelva el deseo a los casados y Coelho se convierta en redactor de epitafios y Eva deje de burlarse de Adán jugando a "beso, verdad o atrevimiento"

y...
y...
y...
Ding dong ding "próxima estación: Creuta"
Mi parada.
Hoy tampoco.
Así cien días.
Que sepáis, que en diferido, también os afecta.

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