TAC TAC TACATAC

Cuando llora se hace tan pequeña...
Cuando llora siempre llueve cuando toca gimnasia o patio y vuelve a tener diez años y deja los otros treinta colgados en las punticas del paraguas... y llora por dentro y por fuera... y me llora encima, piensa que no hay nada mejor que un par de muslos dónde apoyar una tristeza.
Entonces ponemos una palangana entre mis piernas y ella hinca la cara en el vacío, hasta quedar encajada por las orejas y empezamos a escurrir la pena.
Tac, tac, tacatac...
Ese es el sonido...
Tac, tac, tacatac, aaaay
Si le acompaña el gemido...
La parte de atrás de su cabeza, la que pertenece a mi vista,  es un manojo de pelo negro, como si fuesen filamentos de sombra de su cara desparramados sobre mí, mientras noto en las rodillas como late su pequeño corazón de colibrí.
Tac, tac, tacatac, tac...
La acaricio mientras llora y clava sus dedos en mis muslos, que por la presión parecen nueces descascaradas forradas de piel enrojecida. Me hace daño y temo que exploten entre sus manos, pero le sigo acariciando el pelo. Sería tan fácil partirle el cuello en esta posición para que dejase de sufrir...
No sé por qué llora, nunca he creído necesario tener algún motivo para estar triste... a veces la pena llega así, sin avisar...
tac...
tac...
...
tac
Parece que ha acabado, no gotea, respira intensa, pesa más, se ha dormido, ahora mientras la acaricio, le canto y la acuno
...

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