UN BANJO EN MI CABEZA

Quería tener un banjo.
Siempre quiero tener un banjo.
Y también una pick up
Esa noche la luna, perdonad mi falsa poesía, era enorme. 
Juro que era el puto ombligo de Dios saliendo por la parte de atrás del mar.

- ¿Ves esa estrella? Es Venus.
Claro, como no sé de estrellas, los nombres rebotaban en mi cabeza. Me podía haber dicho Manolita y yo hubiese jugado a creérmelo para hacerle un poco feliz, pero las estrellas tienen nombres de diosas, por lo visto y solo pude memorizar este.
Yo veía un pentagrama de purpurina, una playa  de arena negra salpicada de pétalos de margaritas.
Y él, venga que te venga
Y el frío, dale que te dale.
Se me empezaba formar un beso por dentro.
Esos que suben desde el corazón como un eructo pero que se transforman por el deseo en una pompita de jabón en los labios... Esos.
Un banjo sonaba en mi cabeza y ya estaba atravesando nuevo México en en la pick up con la mano izquierda sobre su muslo derecho y la otra en el volante cuando, de repente, me cogió la mano y estrelló su boca contra la mía. Mis pestañas se buscaron y se enredaron, las de arriba con las de abajo, como patitas de arañas enamoradas.
Ay, con las piernas
Ay, con la risa y con las lenguas.
De repente se encienden las luces.
- ¡Coooorten! No me creo nada. Falta intensidad y realismo.
 Grita una voz desde lo más hondo, donde no me llegan los ojos. Intensidad, dice. Será por parte de él porque yo ya me he mojado y están a punto de instalarme el pin parental.
Bueno. Pues si hay que repetir, se repite. 
Yo ya tengo la piel como  maíz en microondas esperando la explosión cuando el galán me roce . 
¿Me lo parece a mí o está brillando mientras me espera? 
No sé, como soy una intensa, a veces, pienso cosas. 
Mientras suena un banjo en mi cabeza. 
- ¡¡¡Acción!!!

Comentarios

  1. En tu cabeza no hay un banjo, en tu preciosa cabecita hay una sinfónica entera.
    Juanma- R. Daneel Olivaw

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