Pelirrojo mala suerte

Tenía la Salvadora el pelo naranja como las mandarinas y cuando hacía viento era un fuego incontrolado, parecía que le ardía la cabeza y los niños que estaban con ella en el parque temían que acabase incendiando los columpios y gritaban que los coloraos daban mala suerte sin importarles un pito que ella les oyera y se desperdigaban como canicas histéricas a tocar la madera de los bancos. Pero eso nunca pasó, porque los niños tienen una imaginación superlativa, a lo sumo se desprendían de su melena unas diminutas brasas que pintaban su cara de pequitas también naranjas.
Un día se sentó a mi lado. Es cierto que tenerla al lado daba así como cosica.
- A los niños no les gusta jugar conmigo porque soy pelirroja. ¿Sabes? Podría tintarme el pelo de cualquier color para tener amigos.
- Ajà... Acerté a decir estupefacta.
- Pero estoy esperando a T.
- ¿T es tu padre?
- Jajajjajaja. Eres divertida. No. T será el amor de mi vida. ¿Lo quieres ver? - Sacó el móvil de su mochila, fue a la galería y desplazó con su dedo unas 185 fotos sin mirar, a toda prisa y de repente detuvo en seco las pantallas.- Es éste.
Un chico nos miraba ahora desde la foto en la pantalla del teléfono como si le sonasen nuestras caras.
- Le conoceré en el 2022. Él conducirá un camión de reparto de flores y al llegar a un paso de peatones se cruzará una mamá pato con sus patitos. Nadie sabrá cómo llegarán hasta allí, pero es un hecho que estarán cruzando la carretera. T frenará de golpe y todas las flores saldrán huyendo del camión como libélulas de colores y cuando baje a recogerlas verá que tengo una capturada en uno de mis rizos, la liberará y me besará los ojos para que los cierre y guarde dentro justo justo ese momento para toda la vida.
Joder con la Salvadora , se me ha hecho bola el corazón. Ojalá que pase y que lo vea. Por la tele. En informe semanal. Ojalá.



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