EN LAS FOTOS
Me había quedado dormida en la playa con el crrrrr....ssshhhh crrrr.....ssssshhh de las piedras jugando a que se mueven. Yo creo que sueñan que tienen patitas de gamba y solas se consiguen meter al mar y el ruidito que hacen seguro que es porque se mueren de la risa y de gustito al recuperar movilidad.
Me gustan las playas de piedras porque las piedras no se me meten entre los dedos de los pies y es más fácil ponerse luego las chanclas.
Perdón por la falta de educación. Me llamo Ana. Yo quería llamarme Lola o Carmen pero mi abuela no se llamaba ni Lola ni Carmen, así que yo tampoco.
Cuando me quedé embarazada quería ponerle a mi bebé Lola o Carmen, pero es mucha normalidad que la gente no me deje hacer lo que yo quiero y tampoco me dejaron porque no le pegaba el nombre con los huevos.
T, creo que siempre se llamó T. No sé si por Techo, Telescopio, Temblor o por su abuelo pero le quedaba bien. No me dio tiempo a preguntárselo.
Lo que en realidad quería contar es que el amor se acaba. Se acaba como los helados, como juego de tronos, como el día detrás de una copa de vino y un platico de jamón... Se acaba porque sí. Porque las cosas se acaban.
Yo sé exactamente cuándo se me terminó porque lo tengo en el Whatsapp.
El 21 de mayo a las 8:22 am.
El tiempo, a veces, pasa muy rápido por detrás de la ventana y por dentro de la tele pero en tu cabeza parece un oso blanco jugando a hacer plastilina con las horas y hace con ellas churritos que alaaaaaarga sin piedad y te quedas atascada en recuerdos que verdaderamente ya no vas a utilizar.
Soñaba en la playa que T me regalaba un tigre y éste me comía los dedos del pie mientras yo llora que te llora porque me hacía infinito de daño y encima lo estaba ensuciando de mi sangre y de sus babas y luego lo tendría que recoger todo y ni siquiera sabía si podría escurrir el mocho sin caerme porque no sabía cómo eran de importantes los dedos de los pies... todo, mientras T continuaba mirando el fútbol, impertérrito. Cuando me desperté ya no le quería.
Ahora ya se me va borrando la cara, me sé de memoria el color de su pelo, que tenía gafas, supongo que para ver de lejos porque de cerca nunca vio que hubiese sido capaz de aprender a hacer lentejas por él... y que era un poco bajito para ser tan mayor, medía lo mismo que una niña de 14 años más o menos.
A veces, como hoy, miro fotos. Me gusta esta que salgo de espaldas porque tengo el pelo súper largo, ya me tapa casi medio brazo cuando acerco la cabeza al hombro.En la foto estoy mirando un campo lleno de flores en equilibrio. El mundo estaba tan tranquilo que parecía que hoy no hubiese muerto ninguna flor degollada a causa de algún casamiento, funeral o nota de arrepentimiento. A lo lejos, far, far away, el ruido de una feria se dibuja en puntitos de colores y hace que vibren las flores y que estas bostecen y exploten de olor y llenen la foto y a mí, Incluso a T que parece que se le haya caído dentro de la boca una O y se vaya a quedar así de sorprendido para siempre.
Pero todo esto sólo pasa en la foto... nadie más lo puede ver... ya sólo es un recuerdo o...quizás me lo he inventado.
Me gustan las playas de piedras porque las piedras no se me meten entre los dedos de los pies y es más fácil ponerse luego las chanclas.
Perdón por la falta de educación. Me llamo Ana. Yo quería llamarme Lola o Carmen pero mi abuela no se llamaba ni Lola ni Carmen, así que yo tampoco.
Cuando me quedé embarazada quería ponerle a mi bebé Lola o Carmen, pero es mucha normalidad que la gente no me deje hacer lo que yo quiero y tampoco me dejaron porque no le pegaba el nombre con los huevos.
T, creo que siempre se llamó T. No sé si por Techo, Telescopio, Temblor o por su abuelo pero le quedaba bien. No me dio tiempo a preguntárselo.
Lo que en realidad quería contar es que el amor se acaba. Se acaba como los helados, como juego de tronos, como el día detrás de una copa de vino y un platico de jamón... Se acaba porque sí. Porque las cosas se acaban.
Yo sé exactamente cuándo se me terminó porque lo tengo en el Whatsapp.
El 21 de mayo a las 8:22 am.
El tiempo, a veces, pasa muy rápido por detrás de la ventana y por dentro de la tele pero en tu cabeza parece un oso blanco jugando a hacer plastilina con las horas y hace con ellas churritos que alaaaaaarga sin piedad y te quedas atascada en recuerdos que verdaderamente ya no vas a utilizar.
Soñaba en la playa que T me regalaba un tigre y éste me comía los dedos del pie mientras yo llora que te llora porque me hacía infinito de daño y encima lo estaba ensuciando de mi sangre y de sus babas y luego lo tendría que recoger todo y ni siquiera sabía si podría escurrir el mocho sin caerme porque no sabía cómo eran de importantes los dedos de los pies... todo, mientras T continuaba mirando el fútbol, impertérrito. Cuando me desperté ya no le quería.
Ahora ya se me va borrando la cara, me sé de memoria el color de su pelo, que tenía gafas, supongo que para ver de lejos porque de cerca nunca vio que hubiese sido capaz de aprender a hacer lentejas por él... y que era un poco bajito para ser tan mayor, medía lo mismo que una niña de 14 años más o menos.
A veces, como hoy, miro fotos. Me gusta esta que salgo de espaldas porque tengo el pelo súper largo, ya me tapa casi medio brazo cuando acerco la cabeza al hombro.En la foto estoy mirando un campo lleno de flores en equilibrio. El mundo estaba tan tranquilo que parecía que hoy no hubiese muerto ninguna flor degollada a causa de algún casamiento, funeral o nota de arrepentimiento. A lo lejos, far, far away, el ruido de una feria se dibuja en puntitos de colores y hace que vibren las flores y que estas bostecen y exploten de olor y llenen la foto y a mí, Incluso a T que parece que se le haya caído dentro de la boca una O y se vaya a quedar así de sorprendido para siempre.
Pero todo esto sólo pasa en la foto... nadie más lo puede ver... ya sólo es un recuerdo o...quizás me lo he inventado.
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