ESTÚPIDA

Cuando me siento más estúpida que de costumbre me mancho la cara de colorete, me lanzo a la calle y desbordo las panorámicas del mediterráneo que juntos guardamos en mis ojos.
Acepté las caricias de segunda mano, incluso el olor a piel sintética... pero el tiempo pasa, incluso por tu carne de primera y yo empecé a romperme al ritmo que marcaba la nocturna e inagotable gota de la canaleta rota cayendo sobre la uralita.
Tus pecados enlatados por Pandora se fueron mostrando poco a poco para alimentar la podredumbre genuflexionada de tu espíritu y drenaste los sueños adormeciendo tu cerebro.
Ahora, con la luz apagada me desnudo y me meto en la bañera dejando que el agua hirviendo escalde, rebañe y elimine el hedor a cieno que desprende mi frustración y la arrastre por el desagüe porque, aunque he metabolizado mi descaro y puedo esputarlo con más fuerza y más lejos cada vez, aún tengo miedo a sentir en mi cuerpo el roce de otra piel.

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