LA LOTERÍA DE TU VUELTA

Tengo las ideas más claras que jamás.
He concluido que la solución a todo mi drama amoroso es que me toque la lotería.
Dicen los conformistas, los que hacen yoga y los que practican (una nueva palabra que he aprendido a decir pero no a escribir) "mindfullnes" que el dinero no da la felicidad pero bueno, como tampoco es que quiera ser feliz que lo que quiero es que me quiera, pues ya voy yo estableciendo el orden de prioridades.
Con unos cuantos números acertados cambiaré mi suerte.
Me compraré un caballo.
Antes quería una moto pero como sigo bebiendo desde que se fue... Pues imagino que es más prudente volver a casa en un caballo abnegado que te ama que en una moto hijaputa que no te respeta y te hace volquete.
Dejaré de beber.
Quiero decir que dejaré de beber justo antes de que la cara y los morros se me empiecen a poner del color de las pipas de calabaza y me den angustia los gintonics que he llegado a vomitarlos con más tropezones incluso que los que tenían cuando entraron. A veces me pregunto si en algún momento vomitaré a aquel camarero rubito que hace semanas que no veo.
Dejaré de ver películas de amor.
Películas de esas en los que los protagonistas y los espectadores se conforman con un besito y yo soy la única que espera que le toque una tetica o que ella le pellizque un poco el rabo y solo veré de esas de guerra que a él tanto le apasionan sin mirar el móvil ni una sola vez.
Cocinaré.
A veces me he fijado que en el súper hay alimentos que van sin lata y sin sobre.
Oh! Así, con todo el tiempo que me voy a poder comprar, voy a trazar planes infalibles para conseguir que me quiera...
48, 33, 5, 21...

Comentarios

  1. Lo de la moto y el caballo realmente maravilloso. Excepto que no cabe en el ascensor y quedaría un poco raro en el garaje.

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